13/1/11

Miedo y albedrio

Cada vez que toco y termino, con esta vacuidad comienza el exterminio, se permite la pereza y la cólera, aun así existe ese juicio que prolifera y prohíbe un despertar. Aun más es incansable e interminable que las voces claman justicia ante lo impalpable. Venero la codicia con la que hablas del exilio y los matices de leyendas que se incorporan a tu ser, mientras pocos contienen esa tenacidad que en ti aflora, árbol y arena. Y ha esta hora se aspira tu retorno esa condición para el misticismo con la que tan llamativamente contemplas y existes en un grado, como ahora que vuelvo a conocer al ser con el cual convivía en antaño, se han roto las cadenas de insomnio y pesadez, y el retorno es inminente. Permanece en tus orígenes con el cambio inmediato y vertiginoso, en el cual convives día a día. Presente un tiempo al que dedicas una vida y una extrañeza el pensarte con otros polvos consumados e inexistentes.