¿Cuál es el estatuto de la condición humana en tiempos posmodernos?

A caso es un producto desechable de la producción de un pensamiento, ¿Qué nos marca en estos tiempos?, de ser antaño los padres anteponían el sufrimiento por el terror de la inmundicia colectiva, el miedo formaba parte de algo innombrable, como una caravana de mitos aferrados a seres espectrales y monstros que tenían una similitud a la experiencia de lo humano. Y de ser.

Joan Miro: Bagnante, 1925.

Un cumulo del conocimiento diferente a la representación de la igualdad y la entretención de una teoría unificadora hacia un numero especifico, el numero de la masa y servidores que contengan información condensada en un solo patrón la lógica de la igualdad, del incierto imaginario de la completud y claro tener una certeza ideal, que todo es efímero y que la representación de la pulsión de muerte en todas sus presentaciones esta a la vuelta de la esquina, tanto en las guerras como en la contaminación de agua con radiactividad, eso es algo común en nuestro pensamiento, o está preparado para una alucinación de alternativas para la irresponsabilidad del ser ante una propuesta inevitable, la violencia y la sobre explotación del pensamiento al límite de la cordura neurótica. Por otra parte ¿Qué se quiere cambiar? Y de que manera, puesto lo mientras en otros tiempos los neutrones y protones estaban en lógicas muy lejanas, la producción de nuestro tiempo nos orilla a pensar en una completud, dirigida a la teoría de las cuerdas y la unificación de contenidos estructuras y elementos, que pretenden darnos una claridad de pensamiento y de subjetividad para esclarecer, como pensamos y como deseamos, en tal de los casos, el tiempo no esta en el presente sino bien lo dicen los psicoanalistas, que está en lo perdido, en lo anhelado, en ese instante perdido que hay que construir con lo que se tenga y se pueda, ofrecerse al otro, no basta como símbolo de goce, significa que en tiempos de incertidumbre lo que pesa es la identificación del sujeto o la inquietud de las masas por los manejos de políticas inquietantes y ficciones para controlar y hacer que los sujetos sean controlados con mayor eficacia y eficiencia.

René Magritte: La condición humana, 1935, Ginebra.